domingo, 10 de junio de 2012

Taxco

La catedral de Santa Prisca
La catedral de Santa Prisca
Arcángel sobre la barda de la catedral de Santa Prisca

Arcangel sobre la barda de la catedral de Santa Prisca

domingo, 27 de mayo de 2012

Un par de fotos para reabrir el blog

 Para reabrir este blog un par de fotos que tomé una tarde de sábado.

el centro bursatil de la ciudad de mexico
El Centro Bursatil de la Ciudad de México

el angel de la ciudad de mexico
El Angel de la Independencia

lunes, 30 de abril de 2007

Por el deporte, no por el mercado

Hace dos semanas fui a un partido de fútbol, los equipos no importan, y conocí el fanatismo de los mexicanos, es increíble todo lo que se mueve por ese deporte, desde el aparato de seguridad, hasta la propaganda y los productos (balones, camisetas, gorras) oficiales (y piratas) de los equipos. Las medidas de seguridad que se toman son muchas. La primera línea esta desde las estaciones más cercanas de los metros, donde se apostan policías que te revisan antes de montarte a los buses que te llevan directo y sin paradas al estadio. La segunda línea esta en las afueras del estadio, ahí te encuentras desde los granaderos con sus escudos de plástico hasta a la policía montada.

La tercera línea esta en las gradas, reforzada en los niveles superiores, pues son las más baratas, y por lo tanto donde se reúnen los mas fanáticos y los mas violentos. En esos niveles las gradas están divididas en cuatro por cercas de como dos metros de alto, que dividen a los seguidores de los equipos de forma que no se dañen unos a los otros. Al parecer, estas cercas no son lo suficientemente altas para detener la euforia del clamor del juego por lo que ponen a policías para que no las brinquen. La cuarta línea está en el terreno por si a alguien se le ocurre tirarse para allá.

También existe otra línea que, más bien del tipo persuasiva, que se presenta en forma de mensajes en las pantallas y carteles que pasan por el terreno en el medio tiempo. Estos mensajes te hablan de actitudes deportivas y disciplina social pero para hacerles sincero me parecieron excesivamente hipócritas y hasta anacrónicos en un lugar que genera y exacerba la rivalidad entre los asistentes. A diferencia de los estadios de baseball cubanos, que son imparciales y dejan que los asistentes expresen sus preferencias, los estadios de fútbol mexicanos, creo que puedo generalizar, están completamente parcializados hacia el equipo al que pertenece. Esta actitud la vez desde que anuncian los jugadores, de los visitantes ponen solo el nombre en una tipografía nada llamativa en contraste con la tipografía enorme y fotos a todo color que presentan cuando va a salir el equipo anfitrión.

Por eso digo que las apelaciones a la conciencia deportiva me resultaron hipócritas y anacrónicas, el estadio debería ser el primero en mantener su espíritu deportivo desde una posición imparcial, al menos en el tiempo que dure el partido. La causa de esta imparcialidad es más que evidente y te salta cuando empiezas a ver la raíz puramente mercantil que tienen aquí este tipo de eventos. El espíritu deportivo es incompatible con el espíritu del mercado, los deportes son la expresión civilizada de la competencia biológica, civilidad de la cual el mercado aun adolece. Para vender más hay que atraer a los aficionados locales y la única forma que han encontrado es siendo abiertamente parcializado con el equipo de la mayoría. Los cientos de policías tienen sentido, pues la fuerza es la única forma de reprimir esa violencia creada artificialmente por muchos años. Lo demas son intentos por hacer parecer civilizados a los encargados de organizar esta suerte de circos romanos modernos.

lunes, 23 de abril de 2007

El burro de Mayabe bajo el árbol de Tule

En Cuba no tenemos semana santa, o más bien, en Cuba la semana santa no descansamos del trabajo. Aquí en México sí, de hecho es interesante cuantas fechas se festejan y que muchas veces la celebración consiste en el descanso del trabajo. Por eso aproveché y me fui de turista al estado Oaxaca. Expectativas, muchas.
La iglesia del convento de Santo Domingo.
De Oaxaca

En Oaxaca están algunos de los sitios arqueológicos más importantes del país. Si bien estos son impresionantes, también lo son las catedrales que hay en la ciudad capital del estado, que según leí son de las más representativas del barroco mexicano. El centro de la ciudad es muy colonial y esta bastante bien conservado, aunque por muchos lugares se ven las manchas de los carteles que se pintaron cuando los disturbios contra el gobernador, que aun sigue al frente del poder ejecutivo local. Oaxaca es un estado muy pobre. La sequía es alta casi todo el año y el dinero del turismo tal parece que se queda en unas pocas manos, o por lo menos no llega a todos por igual.

La pobreza la hueles en el aire por encima de todos los intentos de la gente por mantener las tradiciones mas autóctonas, por tal de seguir atrayendo el turismo, y en la cara de los muchos niños que se te acercan casi que a implorarte que les compres algo. El pueblo mantiene sus tradiciones por pura supervivencia económica y no por una verdadera conciencia de preservación cultural. Que una huelga iniciada por maestros, y a la cual se sumaron otros, haya encontrado que pintar los monumentos es una forma de luchar contra el gobierno me dejo mucho para pensar.

No obstante me pregunto si esta es una forma legítima y viable de preservación de la cultura y de la diversidad cultural. En mi país se han perdido, o se encuentran en un letargo infinito, muchas de las tradiciones de los pueblos del campo. Me pregunto si la causa de este fenómeno no podría encontrarse en que no hemos buscado la importancia económica de las estas, visto no solo desde el punto de vista de país sino desde la perspectiva de las micro-economías personales.
El árbol de Tule.
De Oaxaca

La riqueza de tradiciones depende de la riqueza histórica de los países y para nada sería inteligente comparar la historia de miles de años de México con la de nosotros que, aunque no empezó con la conquista, desgraciadamente casi no tenemos nada que mostrar de antes de esta. Pero estoy seguro que los asentamientos cubanos están llenos de detalles interesantes para el viajero. En Oaxaca fui a un pueblo muy pequeño, Tule, que por lo que se ve, gran parte de sus ingresos los recibe del turismo que va a deleitarse sintiéndose minúsculo junto a un árbol milenario que poseen. Como se imaginan es un árbol verdaderamente gigantesco, pero que no deja de ser eso, un árbol. También estuve en otro, Mitla, que vive del turismo que va a ver sus ruinas zapotecas, monumentos a la insensatez católica de la conquista, y de las fábricas familiares-artesanales de mezcal, más valiosas por su exotismo que por su capacidad productiva.

Una iglesia construida con las piedras de un lugar para el descanso eterno de los habitantes de la Mitla precolombina.
De Oaxaca

De Oaxaca salí con la idea que Cuba tiene mucho más que mostrar que playas, ciudades coloniales consagradas y mulatas de ojos verdes. Quien dice que Mayabe no puede atraer turistas con su burro o Morón con su gallo, por solo nombrar a dos de los conocidos. Estoy seguro que mi país tiene muchas pinceladas tan atrayentes como hoy escondidas u olvidadas, que pudieran sacar al turista fuera de las ciudades y sitios ya establecidos, muchos de los cuales ya están viciados con personajes que desvirtúan, incluso, la moral del cubano.

El burro de mayabe

No sería justo si digo que en Cuba el patrimonio y el turismo están divorciados, pero decir que la explotación turística se limita solo a los lugares donde el gobierno decide, en base a sus posibilidades, fomentar la industria del descanso, no está del todo alejado de la realidad. Que el cubano pueda participar más directamente en el fomento de tradiciones con el objetivo de crecer económicamente no tiene por que desenfocar nuestro proceso social, proceso que, por demás, se basa en la exaltación de los valores históricos de nuestra nación, por el contrario sería una forma de revivir estas tradiciones olvidadas.

Al menos así lo ve este cubano que gusta de comentar sus historias en este país y de jugar a las analogías con su tierra.

Por la primera se empieza

Ya hace bastante tiempo que camino por este mundo de comunicaciones a distancia, correo electrónico e Internet. Un mundo en el cual he caído de rebote pues cuando empece a estudiar como hacer que las computadoras entendieran nuestro mundo, en mi país Internet era más un cuento de Asimov que una realidad objetiva y en crecimiento. Hoy me decidí a contribuir con este mundo, a aportar algo a este mar de información que fluye a estados cada día mas caóticos e interesantes.

Hoy me decidí a tirar mi botella. Una botella cubana con sabor a tequila, o una mexicana con sabor a guarapo, la combinación no importa, en definitiva siempre seré cubano aunque un día me vean en una foto vestido de charro, sombrero incluido. Aún ese día les diré que el caballo se llamaba Palmiche o que las botas que llevaba puesta eran rusas o que simplemente detrás había una palma real y que por eso había pedido que tiraran la foto. Sería ofensivo para esta tierra tan complicada como autóctona, pretender que soy más que uno que decidió dejar que la vida lo empujara hasta acá. Pretendo honrar su hospitalidad simplemente escribiendo lo que veo y sobre lo que pienso de lo que veo.